Un taxista fue despedido y multado recientemente por su mala
idea de no dejar subir a su taxi a una mujer ciega en plena lluvia torrencial,
por llevar a su perro guía.
Estos hechos ocurridos en Reino Unido fueron defendidos por
el taxista como “Porque su vehículo no era suficientemente grande para el perro
de cinco años llamado Sonny”, cuando el vehículo era un monovolumen de seis
plazas.
La mujer quedo “avergonzada” y “desorientada” durante 20
minutos, dejándole mella en su confianza y dándole miedo a entrar en un taxi.
El fue multado con más de 1.000 libras y despedido.
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