El hecho de que las
mujeres con enfermedad mental están discriminadas acaba de ser planteado en un
estudio realizado por FEAFES Galicia. Si para los hombres resulta difícil entrar en el mercado laboral
para una mujer en términos generales es
mas complicado por condicionamientos
socioculturales y biológicos como
la maternidad y la falta de fuerza física. Si además la mujer sufre una
enfermedad mental que debido al tratamiento produce múltiples efectos
secundarios la situación se vuelve mas difícil. Ademas si la mujer
es madre la dificultad es mayor.
Es fácil pensar que
las barreras se solucionan con mensajes
que eviten los estigmas,
pero para que se dé un cambio social los
empresarios deberían entender que las
personas con enfermedad mental pueden aportar algo a la sociedad siempre que
sean ayudados. Ese cambio en pleno siglo
XXI aun se produce muy despacio. Tampoco ayuda el hecho de que en estos tiempos
la economía se mueva en términos de
producción masiva, dónde el trabajador no es más que un número y se le
exija un rendimiento que si para una
persona sin enfermedad mental es difícil
de conseguir mucho más para alguien con medicación que además tiene que sufrir el estigma en su vida cotidiana. Él proprio estigma estigmatiza, y si esa barrera no se rompe el enfermo mental quedara
reducido a la marginalidad malviviendo
con pensiones muy limitadas. Y
mucho más si el enfermo es mujer o tiene hijos. Él
cambio es necesario.
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