viernes, 13 de junio de 2014

  Actuar de una forma altruísta nos permite vivir con una buena salud, tanto física como mental.
Entre los beneficios está la reducción de estrés, que hace que se viva con mayor calidad de vida.
Separándolo por aspecto mental y físico, se distribuye de la siguiente forma:
-            Aspecto mental:
Produce cambios fisiológicos en el cerebro que nos hacen alcanzar la felicidad, incluyendo disminución de estrés, estilo de vida físicamente activo y nos distrae de nuestros problemas.
Aporta un sentido de integración y ausencia de soledad y aislamiento el hecho de hacer voluntariado.
Así también tenemos otra perspectiva más realista, conociendo la gente que está menos afortunada que nosotros y tomando conciencia de ello.
Entre un gran elenco de factores, se gana confianza, control, felicidad y optimismo.
Hay un lema muy bueno, que es que cuanto más se hace por los demás, más se hace por uno mismo.
-            Aspecto físico:
Reduce el estrés y fortalece nuestro sistema inmune.
Reduce los sentimientos negativos, como la ira, agresividad o la hostilidad. Por eso participar en actos de generosidad contribuye a mejorar nuestra salud.
Prolonga nuestros años de vida.

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